Edita Temas de Hoy
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788484607779
Número de páginas: 256
Precio: 17,50€
He traducido una parte del artículo Comidas infelices que dió pie al nacimiento del libro El detective en el supermercado. No está traducido el artículo completo. Las indicaciones entre parentesis son casi todas mías de lo que recuerdo del libro.
Comidas infelices, por Michael Pollan
(…) Así pues, pruebe estas pocas (y flagrantemente acientíficas) normas recolectadas en el curso de mi odisea nutricional, y vea si al menos, nos orientan en la buena dirección:
1-. Coma comida. En el estado actual de confusión, esto es mucho mas fácil de decir que de hacer. Así que intente esto: no coma ninguna cosa que su abuela o su tatarabuela no reconocería como comida (sí, es necesario retroceder dos generaciones). Hay en los supermercados muchos ítems parecidos a comida que nuestros ancestros no reconocerían como tal (¿Yogur en pomada? ¿Barritas decereales? ¿Nata no láctea?). Manténgase apartado de ellos.
2-. Evite incluso aquellos productos con reclamos saludables. Se trata siempre de alimentos muy procesados y sus reclamos son dudosos (la Asociación Americana de Cardiología cobra por poner la etiqueta cardiosaludable, poner que es saludable en una zanahoria es muy difícil, los reclamos muchas veces se ponen en letra grande, y las aclaraciones en pequeño «esto es saludable…siempre que usted sustituya esto y aquello y coma menos y haga mas ejercicio»). No se tome el silencio de las verduras como que ellas no tienen nada bueno que decir de su salud.
3-. Especialmente evite alimentos que contengan ingredientes :
-Que no le sean familiares
-Impornunciables
-Más de cinco diferentes (y esto no es fácil, porque un brik de leche desnatada de la Central Lechera tiene 3 ingredientes)
-Que contenga jarabe de maíz alto en fructosa.
Ninguna de estas características es dañina en si misma, pero todas ellas son indicadores de un alimento altamente procesado.
4-. Salga del supermercado siempre que le sea posible. No encontrará jarabe de maíz alto en fructosa en el mercado de los granjeros. Tampoco encontrará nada recolectado hace mucho tiempo y lejos del lugar. Sí encontrará alimentos frescos y enteros recolectados en su mejor momento nutricional. Precisamente el tipo de alimento que su tatarabuela habría reconocido como comida.
5-. Pague más y coma menos. El sistema alimenticio americano durante un siglo ha dado prioridad a incrementar la cantidad reduciendo el precio. No hay duda de que la mejor comida en términos nutricionales cuesta más cara. Es así porque ha sido criada menos intensivamente y con mas cuidado. El americano medio gasta menos del 10% de sus ingresos en comida. En 1947 era el 24%.
Comer menos cantidad es el consejo menos bienvenido de todos. Pero los hechos científicos nos empujan a comer mucho menos de lo que hacemos. La restricción calórica ha demostrado repetidamente que retrasa el envejecimiento. Y ofrece el único vinculo fuerte entre dieta y prevención del cáncer. (otras restricciones como disminuir solo las grasas no tienen evidencia científica). La abundancia de comida es un problema. Pero la cultura ayudaría aquí también, promoviendo una idea de moderación. Unas de las personas que mas longevas son en la tierra, los habitantes de Okinawa practican un principio llamado «haraHachiBu»: come hasta que estés lleno al 80%. Para hacer este consejo de comer menos algo mas digerible, considere mejorar la calidad, en detrimento de la cantidad. Yo no se usted, pero yo, cuanto mejor es la calidad de la comida, menos cantidad necesito para quedar satisfecho. No todos los tomates están hechos del mismo modo.
6-. Coma más plantas. Especialmente hojas. Los científicos pueden discrepar en qué parte de las plantas es buena ¡los antioxidantes?¿la fibra?¿los omega 3? Pero todos están de acuerdo en que casi seguro que son buenas para el cuerpo, y con total seguridad que no son malas. Tambien, tomando una dieta basada en las plantas, usted estará haciendo una dieta mas baja en calorías, puesto que las plantas (excepto las semillas) son menos densas en energía que otras cosas que pueda comer. Los vegetarianos son más sanos que los carnívoros incluso los lactoovogetarianos son tan sanos como los vegetarianos. Thomas Jefferson debía saber algo de esto cuando decía que la carne tenia que ser más un acompañamiento que una comida.
7-. Coma más como los franceses, o los japoneses, o los italianos, o los griegos (o los españoles). Dejando aparte factores de confusión, las personas que comen acorde con las reglas de la comida tradicional de su cultura, están en general más sanos que lo que nosotros estamos. Cualquier dieta tradicional serviría. Ciertamente la cultura de la comida está embebida en nuestra sociedad, economía y ecología. Y algunas dietas viajan mejor que otras. La de los inuit no tan bien como la italiana. Cuando copie una comida de una cultura, copie también la forma en la que esas personas comen. La paradoja francesa: puede ser que no sean los nutrientes lo que mantiene sanos a los frnceses (cantidades de grasas saturadas-nata, mantequilla- y alcohol) tanto como sus habitos dietéticos: raciones pequeñas, no segundos platos o picoteo, comidas comunitarias, y un serio placer en la comida. Preocuparse por la comida no puede ser bueno. Deje que la cultura y no la ciencia sean su guía.
8-. Cocine. Y si puede, tenga un huerto……
9-. Coma como un omnívoro. Trate de añadir más especies y no más comidas a su dieta. Cuanto más diversa sea, mejor cubrirá sus necesidades nutricionales.
El articulo completo en ingles:
http://www.nytimes.com/2007/01/28/magazine/28nutritionism.t.html?pagewanted=print